jueves, 20 de marzo de 2008

Frida, Frida.





Inmovilidad aferrada a esa mente tan amplia,
que te amarra a tu cama, a tu caballete a tu pincel.
Cuan profusa eres, sin embargo, con tanta quietud azul
que entre pájaros y malandrines, sabes dejarte llevar anidando entre tus penas,
la verdadera realidad que nadie veía.

Hay Diego, porqué hacías, para que ella luego lo haga?.
porqué empezar la llama de la infidelidad, para que Friducha, debatiera luego entre damiselas y políticos; mezclando su amor y sus cuadros, solo para vengar su amor por ti?.
Trotski huésped, tu doctor, amigos, muchos y muchas más, fueron tu redención.

Hay Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, siempre azul, no podías vencer ni tus cejas pobladas, ni tus corcés de fierro que atiborraban tu columna. Tus vértebras desparramadas como bolitas de vidrio, después de un juego de niños. Cómo compaginar luego, sino con operaciones, que te inmovilizaban nuevamente...¡

Cómo es que 1907, cuando arribaste al mundo, no te brindo ese siete, número bíblico,la protección desde siempre?. Que malas hadas, conjugaron para quitar tu andar de niña, de adolescente, de mujer?.

Cuánta belleza, que ungía en severidad y dulzura; cuantas Fridas confrontadas.
Ese dolor expresado, sólo tu lo has sabido plasmar. Ese vientre abierto, sinónimo tuyo con tu columna tripartita, tu no ser madre, pero estás tan viva, quién lo diría?.
Tu-mi Méjico, solo hay uno; Tu-mi Frida, sola eres una.














No hay comentarios: