sábado, 9 de febrero de 2013

Otoñal

Y cuando se venga el otoño y esté cerca a ti,
 vea tus manos enlaminadas dejar de estar y
tu sonrisa diluirse al entrar el alba.

Cuando no quede libros con tu nombre, que puedan
recordar las anécdotas que por montones incluías en
tu diario. Y se oscurezca la alfombra por las pisadas
de los absurdos intelectuales, que por una copa de vino,
se  filtraron en nuestra alcoba.

Cómo ese jueves del último mes, cuando los hijos y

sus hijos, se confundieron entre la dicha de leer a Dumas y 
mirar un Rembrandt. 




Y tus Château Petrus, se acabaron convertidos en un 
simple refresco de verano. 

 Tus rubicundos cabellos, inicien su destello hacia
una nieve perpetua, y ya entonces , muy de mañana;
busques más de un abrigo para sembrar un poco de
calor.

En ese momento, te acompañaré bajo la lluvia para
entonar nuestra canción. Y preguntar qué sucedió,
en aquel puente de cristal , iluminado
y latente en nuestros corazones.

M.
09-02-13