viernes, 11 de diciembre de 2015

Infancia y Presente.

En este lugar disfruté de mis padres amados.



Mi mamá me regaló una marimba de colores, adoraba tocarla sentía estar en medio de un concierto.  En otra ocasión un piano de cola de juguete que hacía ilusionar estar en el mismo escenario de mi presentación como una virtuosa.
Mi padre, caballero de hidalguía, consejero de mis cuitas,  me refleja su figura bajando de un taxi con un árbol muy verde, cajas de adornos que iluminaban mi infancia, Juguetes afinados de Sears, en una Navidad que por gracia de Dios, pude estar presente. Y no en cama con mis tontos "bronquios" insolentes, que se esmeraban en afiebrarme en momentos tan hermosos familiares.
Cierro mis ojos y los visualizo, con aroma, colores y la presencia amorosa de mis padres.
Ya no están, más presencialmente, pero mi familia va aumentando y los componentes principales, mis hermanas, a veces son ajenas a mi. 
Los años que transcurren arrancan mis penas y pasiones, que cada día se van despintando y se van deslizando de esta pintura que es mi vida.
Están mis pequeños que ahora, crecieron, como tiene que ser.... qué más vida mía me tienes aguardando?.
Qué mañana tristona y nublada, me dirás que tengo un año más...

(Hoja que traspasa a veces mi habitación sombría en el atardecer de las 6.40 de la tarde).

Meche


Sueño simple.





Es que de pronto ya me cansé de estar sola, es que las olas 
necesitan  llegar a la orilla . Porqué en ese orden se dispara
esta vida que a veces se agazapa y me altera el sentido.
Dispongo de mi tiempo, de mi y sin rendir cuenta a nadie
parece que el fluir va bien. Peor porque abruma el tedio
que sin querer propicio.

Se encuentra en sus sueños y sus amantes la bendicen como antes,
el altar que le edificaron ahora zozobra aun en sus oníricos
recuerdos.
Con espacios y acomodos, en rumbo al camino pero dice estar
sin sombra entonces, porque le falta la mano propiciadora,
el hombro que le refugie la copa vacía y en caminar a la deriva

Se cansa de su soledad y su ausencia  embarga,una vez más,
la debilidad de la tarde pueblerina. 
Discurre simplemente entre esas ráfagas que el viento te menea
y encuentra tu soledad para llevarla con pompa a tu lecho.

Para ti

(mdeac)