sábado, 28 de marzo de 2009

Peluches...


Una mirada esquiva, siempre de reojo

como queriendo seguirme en todo momento,

pero a la vez temiendo una reprimenda.

Te dicen, peluche mal hecho, por tu oreja caída...

tienes una patita, que a veces la levantas

y caminas cojeando .


Cuantas lágrimas, me has visto, y solo puedes

tratar de aquietar las penas de una ama

que se sumerge en cada historia sin fin.


Tu pequeña colita, se mueve en señal de alegría.

Si me voy, si no te saco a pasear, si me enojo por

tus mojadas en lugares prohibidos. Siempre igual.


Con tu bella compañera, la rubia altanera,

que siempre me cuida y resplandece, cuando

sus amitos llegan. Que bella pareja son ustedes,

queridos Yorshire Terrier, que con orgullo

lucen su abolengo, y sus nombres de pila.

Jhon y Nana, bautizados por sus amitos,

criados por quien tiene que darle órdenes.


No hay día, que no agradezca su compañía,

aunque me hagan rabiar, saben que siempre

la sonrisa y caricia, serán su recompensa.

Los tres pedimos, que nunca partan, por favor...


Por favor, nunca lo hagan...

lunes, 23 de marzo de 2009

Qué es esto?

Quién puede juzgar, si esto está enmarcado entre
líneas, por las ondas, el satélite, por este sistema,
en un internet maduro y responsable.
Qué culpa, quién anida un amor
llevados por la curiosidad y por el suave
aleteo de estos dedos que traducen el interior.

Cuantas palabras enviadas, y recibidas; si entre
ellas también se cobija un gran amor.
Nadie es culpable, cuando se desencadena
la pasión.

Con sólo una presión, se acaba la magia
y un hasta mañana, o hasta la semana
de algún año perdido en la atmósfera...

Cuadros de plata.

Este uniforme, llámese piel
que recubre mi ser y disfraza mi mente
se va cansando, y quiere dejar de ser lozana,
templada, dulce, con sabor y color de oro.

Porqué las horas marcan, ahora más fuerte
y con más demora que antes.
Cuando al pie de la ventana, te veía bajar
raudo y con ansias a entrar en el hogar
que aun no era el mio.
Hasta el segundo, me inspira una tenue
caricia, extinguida a la preponderancia.

Hasta las fotografías que esta tarde
enmarqué en pura plata y filigrana,
no hacen nada para resplandecer
nuevamente la paternal figura
que ellos reclaman en silencio...

Y más silencio, qué más da...