Si prefieres el silencio, es que necesitas tu espacio como antes.
Si desvías la mirada hacia aquella luz, es que buscas compañía
y cambias las entradas, para asegurarte nadie esté tras de ti.
Cuándo alzas vuelo, sabemos a dónde te conduces, más preferimos
callar como ocultando el rosado y el celeste.
Hay vino aun en mi copa, y prefiero huir por esas escaleras
que siempre están aguardando. Aquellas que en sueños,
ya anunciaban los ajetreos de una tarde sin fecha.
La piel cambia a ser una tela simple, translúcida y más sensible.
Cuándo roza con aquella, es silente y radiante a la vez.
Pero tu silencio aunado a la portada, es que anhelas anotarlo
en tu agenda del insensato recuerdo.
M.
Julio veinte doce.
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