miércoles, 6 de octubre de 2010

Lapso.

De la noche a la mañana, te vas.
Simples palabras de despedida, por un lapso
y no sabemos cuánto.
Es justo, te preguntaría
pero tampoco hay respuesta.
La libélula azul, se tornará gris
ante el atardecer que este día
he de observar.

La prolongada espera para saber de ausencia.
Una licencia, es verdad, pero hasta cuándo
dejaremos de tejer la manta asombrosa
que iba a cobijarnos.

Aguardaré tu recuperación, mes a mes;
día a día, mirando por nuestra ventana
inventada en los azores,
ahí donde se detenía.
Por si acaso, haré el sobrevuelo
por las islas caribeñas, donde se detenía
a saborear sus encantos.
Se la respuesta, pero igual
la inquietud es ofensiva y quedo a la respuesta.

De libélula a libélula, inquieta
queda en la penumbra de nuevo.

(05-10-10)

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