Aleluya, llegó con su verano y me inquieta su aleteo,
como una tenue lluvia va dejando sobre este entorno
todo su despacho amoroso.
El lenguaje será lo de menos, sólo cuando le veo venir
se ilumina el horizonte y aparece triunfante,
como victorioso de una Cruzada.
Nadie ha descubierto, aún, su tremendo viaje
ni menos adivinar, que tanto cargamento
atesora para ambas fronteras.
Frases ocultas, que sin embargo, enlazan
continentes con la brisa que adelanta
el mañana o la noche.
Aleluya, se siente el roce de esas manos
blancas que logra acariciar, el continente
para volver a ser descubierto.
Esperada libélula, Aleluya por ti¡¡¡
(una tarde más...).
Foto.:M.
1 comentario:
He leído hoy su blog con especial ternura, al adivinar que su corazón está embargado por otro distante que se ha enlazado al suyo por el literario camino de ese ser eminentemente delicado, frágil en apariencia, pero firme, que es la libélula; azul, además, porque el azul es el color de lo bello.
Me gustaría tener poder para hacer de ese sentimiento suyo, magníficamente expresado, y el que adivino igualmente notable, en la otra orilla, una historia viva en la que la líbelula no tuviera que ir y venir, sino acompañar a la pareja enamorada y conviviente.
Una vez más siento envidia de sus sentimientos y de los que me parece adivinar parejos en alquien que me gustaría ser yo.
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