viernes, 23 de abril de 2010


Esta tarde pasea tu figura elegante y altiva,
con más de un consejo, la justa palabra
en el momento preciso.
Aguardo tras la puerta de rejas, tu presencia
y me escabullo para ser la primera en recibirte.

No tienes ni la mirada cansada, ni los años
te agobian. Te veo entre la bruma, siempre estás
a nuestro lado.

Ingeniero de oro, insigne caballero,
padre amado, esposo amante.
Como amaste a Hortensia, quedó en nuestra
memoria, como aroma de jazmines.

De tu mano, conocí el mundo, entre molinos
y estaciones. Navegamos, volamos, en tu ruta
de sabiduría, me enseñaste tu profesión.
Nadie como tú adorado y entrañable papá.
Nadie como ustedes, en esta fatigada noche
que avanza en nuestra historia.

(tus hijas).
(foto: M.)

4 comentarios:

ANDRÉS dijo...

Eres una mujer maravillosa porque compaginas la ternura de la hija hacia sus padres con la dulzura de la madre hacia sus hijos. Te mereces que estos te amen más que a nadie y así te lo deseo y le pido a Dios que sea.Cuidate mucho.
UN ANTIGUO AMIGO QUE TE RECUERDA.

Anónimo dijo...

Querida Meche, comparto la opinión de tu amigo Andrés, es un poema muy tierno, !!! qué bellos recuerdos de los hijos de su padre y lindas comparaciones.
Te felicito,
Con mucho cariño tu amiga y colega.

María del Carmen

p.d. Ponte entre mis seguidores para que te lean más personas, visitame.

meche dijo...

María del Carmen, muy hermosas tus palabras.
Me incentivas a navegar en la ilusión y enredarme, en estas telarañas del tiempo-sentimiento.

meche dijo...

Amigo Andrés,

El amor a los padres es incomparable, que llega al infinito y más allá.
gracias por tu amistad.