y continuar en descenso.
Para filmar aquel vuelo de los pequeños
que ahora saben y lo hacen solos.
solos improvisados pero mirando de frente
hacen su vivir.
Si fueras luz ahora, me indicarías las palabras
exactas que no descubro ni en tu territorio ni en el mio.
Y para quién escribo entonces, para quién dictamino?.
si son absurdas tus manos, tu sombra, tu voz.
Seguí el torrente y me enfrasqué en el torbellino
de ese río Sarapiquí que casi me hacía presa,
subí a lo más alto que resistí,
evoqué tu nombre, tus manos, tu sombra, tu voz
en el vacío imperturbable de ese momento
nadie me recibió. Nadie os recibirá...
M.
07-12-2014
(fotos: M.)
1 comentario:
¡Señora! es el grito de admiración que me nace cuando intento traducir sus sensaciones, que basculan entre el recuerdo intenso de un amor no consumido por la ausencia y el afán, -aún el fondo temido o indeseado- de libertad personal, aunque, la libertad individual llega a cansar y acaba, si s epuede, por anudarse de nuevo con lazos de amor presentido, deseado o tal vez ya inaugurado.
Señora, vos, entre el pasado inmenso, precioso, adorado y siempre vivo en el corazón y el futuro delante como un puente colgante que atraviesa el gran rio, por cuyas cuerdas enlazadas hay que transitar hacia lo que se intuye y se desea, pero es desconocido.
Os admiro y me entusiasma leerla.Gracias por escribir.
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