domingo, 2 de febrero de 2014

Obra

Formaciones inclinadas que se producen día a día,
no puedo creer más proliferan.
A veces le preguntaba qué me diría cuando llegara
el ocaso, qué pondríamos en el cofre del mañana.

Sonreías cuando las hojas caían y cuando la copa de vino,
quedaba vacía. Entonces todo discurría normal, suave,
lejano.

Sin importar qué sucedería el mañana, si aun no concluía 
el insoportable día.

Vuelvo a observar que hay más desniveles, más suavidad,
que entonces era verdad lo que soñé. Tus manos se van alejando
y la sombra desvanece por otro momento  más.

Tu cansancio se acuesta conmigo esta tarde ingrata,
mientras afuera del salón, aun susurra y cree que no se oye.
No intentemos cambiar las frases que ya están guardadas desde
siempre. A proseguir juntos, mientras tenemos por quién suspirar.

Mientras limpias los pinceles, que sigo atenta tu definido cuerpo que aletarga los óleos y clarifica el bastidor. 
Pronto seguirás con tu obra, por ahora, retorna al paraíso 
que conoces  demás.

M.
( S.P.)
02-01-14.


2 comentarios:

DON ANTONIO dijo...

"Tu cansancio se acuesta conmigo en esta tarde ingrata" Ese verso suyo, señora, es un primor y justamente del que yo querria ser el destinatario. ¡ Perdone el atrevimiento!

meche dijo...

Don Antobio,
Me remito al nombre de un Santo, que por mis ambientes señalan: "Ponle de cabeza, para conseguir un novio."
Aunque aquella frase nunca fue premonitotia, es reconfortante saber que personas tan especial siguen este blog.
Un Blog que se pierde en el sabor de cada mañana.

Gracias