Formaciones inclinadas que se producen día a día,
no puedo creer más proliferan.
A veces le preguntaba qué me diría cuando llegara
el ocaso, qué pondríamos en el cofre del mañana.
Sonreías cuando las hojas caían y cuando la copa de vino,
quedaba vacía. Entonces todo discurría normal, suave,
lejano.
Sin importar qué sucedería el mañana, si aun no concluía
el insoportable día.
Vuelvo a observar que hay más desniveles, más suavidad,
que entonces era verdad lo que soñé. Tus manos se van alejando
y la sombra desvanece por otro momento más.
Tu cansancio se acuesta conmigo esta tarde ingrata,
mientras afuera del salón, aun susurra y cree que no se oye.
No intentemos cambiar las frases que ya están guardadas desde
siempre. A proseguir juntos, mientras tenemos por quién suspirar.
Mientras limpias los pinceles, que sigo atenta tu definido cuerpo que aletarga los óleos y clarifica el bastidor.
Pronto seguirás con tu obra, por ahora, retorna al paraíso
que conoces demás.
M.
( S.P.)
02-01-14.