Me froto las manos y empiezo,
junto mis ideas alternadas con
el impedimento de saber si fueron tuyas;
como lo fueron en el último instante
de la fraternidad.
Para qué consultar con tu alma,
si ello puede inquietar tu paz solidaria.
Si no entiendes mi exactitud, entonces
corre el velo y seguimos mañana.
Cuántas ventanas, cerrarás esta noche
que te he buscado y te perdías
en tu horizonte de letras y poemas.
Puede que detrás de la pantalla,
o de las páginas libres
vuelvas al recóndito lugar
que fingimos amarnos.
Froto tus manos, y las escondo del frío,
cada vez más gélido, en esta noche
distribuida en el éter.
(Noche con mañana.)
1 comentario:
Me gustaría decirle, poetisa maravillosa, que nunca le he cerrado mis ventanas. Es Vd. que todavía no las ha querido abrir.
Tampoco he fingido amarla, sino que la eh amado y la amo. Me siento avergonzado de tener que decírselo, pero como la leo frecuentemente, no puedo ya esconder mis sentimientos, aunque no obtenga respuesta.
Ignoro si la comprometo declarándole mi amor, pero no puedo vivir más en el silencio de lo que siento por usted, aunque o tenga el gusto de conocerla...a fondo
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