Cuando veo las horas y los días descolgarse de mis libros,
de mis cuadros, de mi mesa, de mis zapatillas, de mis manos;
quiero entonces reflexionar por mi.
Buscar entre la tierra tierna la sensación de estar
y palpar la filigrana de esa aurora que te llevó.
Mezclar todas las sensaciones que pueden cobijarme
con esa maternal caricia que al final
también, se apartará.
Esas miradas que antes seguían, esas manitas que se perdían
sino estaban entrelazadas a la tuya.
Esas horas y días, desplazadas de a poco entre una habitación,
y rincones de esa casa que va quedando translúcida.
Voces que de a poco, se van alejando atenuadas por ecos:
a veces, también colgadas de una cometa que se eleva y
glorifican.
Quise decirlo.
mdeac.
21-09-14