viernes, 5 de diciembre de 2008

A veces el poema...

A veces el poema resulta un crucigrama
por donde imaginarios
seres que nos habitan
ponen silencio o sones
que sólo algunos pueden
traducir con acierto.

En la tarde del tiempo
recostado el otoño,
en el diván del viento,
escribo tu recuerdo
de lo que no conozco
y me alargo
en ansiedad perdido.

Tal vez si alguna tarde
rellenaras mi vaso
ya nunca moriría.

Plus:
En el úlitmo mes del año...
de una tarde cualquiera,
sumida en la nostalgia
del devenir prohibido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuan hermosa la coda
que le has pueto al poema.
Te imaginaba musa
y eres también autora.

Desde mi torpe luna
apagada de sueños,
te convoco a esa tarde
que tu nostalgia brinda.

Anónimo dijo...

Eres Pedro, pero debería mostrarse
para definir, en que siguiente
tarde puede la brisa detenerse y
sonreir durante la penumbra.

En el último mes del año.

Anónimo dijo...

La tarde llegará
pero ocurrir podría
que Pedro no pudiera
bien mostrarse.
Por ha convocado
a la nostalgia
como el iman constante
al que prender el aire
de esperanza.