A veces el poema resulta un crucigrama
por donde imaginarios
seres que nos habitan
ponen silencio o sones
que sólo algunos pueden
traducir con acierto.
En la tarde del tiempo
recostado el otoño,
en el diván del viento,
escribo tu recuerdo
de lo que no conozco
y me alargo
en ansiedad perdido.
Tal vez si alguna tarde
rellenaras mi vaso
ya nunca moriría.
Plus:
En el úlitmo mes del año...
de una tarde cualquiera,
sumida en la nostalgia
del devenir prohibido.
3 comentarios:
Cuan hermosa la coda
que le has pueto al poema.
Te imaginaba musa
y eres también autora.
Desde mi torpe luna
apagada de sueños,
te convoco a esa tarde
que tu nostalgia brinda.
Eres Pedro, pero debería mostrarse
para definir, en que siguiente
tarde puede la brisa detenerse y
sonreir durante la penumbra.
En el último mes del año.
La tarde llegará
pero ocurrir podría
que Pedro no pudiera
bien mostrarse.
Por ha convocado
a la nostalgia
como el iman constante
al que prender el aire
de esperanza.
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