miércoles, 11 de noviembre de 2015

Flechada

Como una brisa   suave ahora recuerdo el iniciar un recorrido por todo el país. Un ingeniero agrónomo apasionado por su profesión y su alto puesto que ocupaba. Director General y como tal controlar a cada  ingeniero que tenía en zonas específicas del país. Si las tres regiones naturales, entonces.
No chofer, no  aceptaba. El mismo desfilaba a  cada lugar remoto, su camioneta chevrolet pickups color amarillo, que por gracia denominó La fecha Dorada. No por la velocidad que jamás, imprimió en la conducción, sino por la tenacidad y empeño que enmarcaba su digno trabajo.

Le acompañamos a  ese descubrir del mundo. Como era la última de sus hijas,  desperté siempre
en esos inagotables viajes queridos; con el transcurrir del tiempo sugeridos y hasta propiciando mi “bronquitis asmatiforme”. Después de todo, el “cambio de clima” me hacia bien .Confieso que me ausenté de mi adorado colegio, pero mi excusa estaba conocida por las Madres. La humedad de nuestra Lima capital, fue un buen consejero.
 Ese fue el inicio de la aventura, con la que crecimos los componentes de su hogar querido y manifiesto de descubrimiento. Nuestra mamá fue su dulce  cómplice, compañera en el periplo.
Hoy como acápite de esta reseña, identifico La Flecha Dorada, como símbolo de este espacio para seguir descubriendo el mundo.
Como olvidar las otras travesías en todo medio de transporte, desde el deslizador  por los caudalosos ríos de nuestra Selva, hasta el hidroavión inestable que aterrizaba en cada puerto fiero e 
indomable.Los agitados caballos que me encantaba montar y alucinar una cowboy del oeste, Todo lo que hizo que nuestra historia empezara y ahora continúe alertada por sus consejos sabios que endulzan este recuerdo.
 Para quienes creemos que el turismo nos unifica, hermana, identifica. La Flecha Dorada inició su ruta y navegará en el espacio.

(MdeAC.)
Noviembre del 2015.

Difícil.

Andar por andar y tratar  de encontrarse con el pasado,
al resaltar esa melodía infatigable que me turba 
y nubla mi panorama.

No importa si son diez o veinte años, siempre lacera
mi espíritu que trata de imperturbable acompañarme 
en cada esquina.

Porque tu señal está ahí, en tu libro abierto y subrayado
de las veinte cosas difíciles de realizar en este mundo.
Como lo difícil que es predicar conociendo la naturaleza 
del hombre.

Así será por siempre.

(MdeAC).
11-11-2015