miércoles, 3 de marzo de 2010

Imágenes diluidas.


Como cada día, aguardo el momento de leerte.
Igual tus ojos, añoran mi respuesta
cargada de ensueño o de velorio, según sea el caso.
Y ha pasado un año, y otro más, y siguen ahí
en la inmensidad etérea.

Si unieras aquellas, seguro sería la cadena necesaria,
la que buscamos por la noche para insertarnos -siquiera-,
en la orilla.

Solo Frida, entendería, con su:
"Jamás, en toda mi vida,
olvidaré tu presencia.
Me acogiste destrozada
y me devuelves entera.
En esta pequeña tierra,
¿dónde pondré la mirada?.
¡Tan inmensa, tan profunda¡
Ya no hay tiempo, ya no hay nada.
Distancia. Hay ya solo realidad.
¡Lo que fue, fue para siempre¡.

Con su rebozo blanco y la mano de Diego aferrada,
así buscaré entre pinceladas, el momento de leerte.
Una tarde más, una noche entre burbujas
del eterno champán, que aloca los sentidos.

Juntos y en frenético vals, serán las líneas
que aderecen las cartas desintegradas.
Sin sentido por cierto, pero comprendido
en la distancia.

(veranillo,2010)