lunes, 13 de octubre de 2008

Inquietud.

Los tonos te embrujan y cuando estás en tu habitación,
salen por el filo de la puerta los colores que tu piensas.
Yo observo, cada tarde pues me parece que llena mi mente y me hacen reir, como una cascada .

Pero, no sólo tu.

La otra habitación, aquella del fondo donde la princesa sueña, también me ofrece sus pinceladas, por debajo de la caoba.
El resplandor, me hiere a veces, pero me agrada ser herida.
Sus videosjuegos y su música, aquella que va creciendo a su ritmo,
me atemorizan, los fines de semana. Pero me horroriza soñar cuando
ya no me lleguen.

Sus filmes atiborran los estantes, sus libros se amarillean cada mes,
su perfume, me acompaña todo el día, será mi pasajero siempre fiel.

Yo aguardo, esa chispa juvenil, que acaricia sin tocarme,
y que suplo como el beso de despedida, pues mañana será
el día que sumen, y yo, que reste.

Aguardando.
(Y llega otro 15 y 24 de octubre).

domingo, 5 de octubre de 2008

Rescatar

Muchas veces, ni te habías dado cuenta que estaba esperando

una palabra.
Puede que un suspiro era la respuesta más cerca, que te daría.
Pero tu llamada, a esas horas, me hizo retornar al ayer.

Esa música que antes la bailamos, ahora suena tan triste,
y saber que ambos estamos en el punto ciego del mundo;
pero no nos acercamos.

Qué puede importar ahora, la última hora
ya se dio. No hay nada que rescatar, pues la vida sigue
y el compás ya no marca.
Desde la ventana del avión, me he recostado en las nubes
tan suaves que han cobijado, esta pena superlativa.

Una mañana,
y Jeremías sin número, acabará la última página.
Mientras rescataré, sin incienso, mis pensamientos.

Dimanche 2008