viernes, 17 de septiembre de 2010

Mar y mar.

Cuando recuerdas, vives ingeniosamente
y si simulas oír su voz, parece que está a tu lado.
No es más que la realidad, cómo cuando contabas
que con pies descalzos recorrías tu mar
de esa rivera que te vio nacer.

Ahora fumando un Cohiba, puedes regresar
con tu vino más helado que ayer,
y tus pantorrillas aun no cansadas
y mirar el horizonte con tu frente limpia.

Alguna vez, pensabas que podía mirarte
aun a lo lejos y susurrar mi cercanía,
con aromas de paellas y limeñadas,
con virreyes y mantos flamencos.

No es cierto que El Greco, pintó
sosegado por esa belleza que Toledo,
le devolvía?.
Así Gauguín y en Tahití y todos quienes, describían
con arte, su amor a esta naturaleza
que ahora se quebranta.

Qué me puede decir un caballero,
sin mas lisonjas que mirarle.
Dar un pañuelo aromático, para que
vuele al borde de tu océano,
sin barcos de por medio, y que
solo retorne la ansiada respuesta.

Un laberinto de palabras, que deriva
al compás de vuestra voz y mi sonrisa.
En un abrir y cerrar de este libro,
puedo ya tenerte.

(Tarde impía limeña)


martes, 14 de septiembre de 2010

A la sombra.

Inconfundible y variando en los escondites,
resuelves problemas a oscuras,
buscas la sombra que cada rincón
que promociona este día.

No temas que la ternura, está derramaba y
puedes soñar , hasta llorar.
Nadie puede señalarte,
si tu vagas por esta holgada vivienda
ahora asolada, por tu ausencia.

Puedes dar tus señales,
hay quienes aguardan esa presencia.
Nada, se ha removido, aun
está tu inquietante sonrisa,
colgada en el espejo veneciano,
y tus libros arrumados pero
marcados, para descifrar
entre líneas tu mensaje.

No temas, de nuevo se repite
hasta lo alto. Todo está consumado.

12-09-10