viernes, 11 de noviembre de 2011

Turbias.


Se me inunda el porvenir, se me aterra el ahora
qué más puedo hacer cuando se levanta la niebla
ante este ente.

Qué se precipita cuando quiero estar transparente,
cuándo veo las horas danzar en agonía
y en la mañana que parece una delicia
se torna un rollo de figuras planas.

Solucionar problemas a la brevedad
por temor a una represalia, no importa
entonces nada más que borrar huellas.

Se me distorsiona de nuevo esta imagen
que prodiga bondad, y quiere asumir
la fortaleza que se perdió, seguro
en un laberinto de esta vida desdentada.

Una mañana te despierta la noticia,
por la noche te arropas con ilusión,
y a las semanas, te vuelcas ardorosa
en la selva de la vanidad.

Se me crispa estas manos, que a veces
tembló más de lo debido.
Las palabras se agolparon, pero quedaron
tras la puerta, como tu quisieras
y como convenía, seguro el caso.

Quiera que la vida diluya tus pensamientos,
para que esa noche sueñes en paz,
que se adelante cual patena florida
y suspires sin esa realidad.

Nada en particular.

11-11-11

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