domingo, 13 de julio de 2008

Reflexión.

La misericordia debe ser de cada día, pero como entender si la miras
al voltear la esquina. Con el inclemente hielo, que penetra sin pedir permiso,
y te observe insolente hasta tus huesos,
cómo pedirle que responda, tan siquiera, con una oración compuesta?

Crees que el cielo está tan azul y que cada noche alcanzas las estrellas,
pues las constelaciones se arremolinan sobre ti. Es cierto, como puedes
no creer en ese maravilloso infinito si al alzar la cabeza, quedas mirando
la bóveda.
Pero, como calentarte, si tu ropaje es simple seda, como recubrir tu piel,
si has gozado siempre del calor lujoso y gratuito.Puedes compararte acaso,
con tu semejante sin ruido, solo inherente a sus pensamientos andinos.

Debe ser justa la medida, que al nacer se nos dio a cada uno. El lugar exacto
en el momento indicado, ahí ni más ni menos.
Al otro extremo, también el invierno puede ser eterno.
(sin fecha).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde mi fuego, querria ser hielo para penetrar insolente hasta sus huesos y disfgrutar de su natural belleza, tan original, tan sensual, tan grandiosa.Perdone el comentario, pero la imagino muy bella por la belleza de sus poemas y no he podido resistir este desahogo que quiza le ponga la cara roja