domingo, 22 de julio de 2012

Oficio no cumplido.

Libélula perdida, inefable y tenue reflejo.

(de lo que pudo ser).


He buscado a la libélula , aquella que aparecía de madrugada
y portaba ilusión y garantía de sus palabras,
Aunque lejana, venía  para saber si la entrada estaba sin candado.


Han pasado los meses, y parece que olvida su oficio,
 se esconde y desperdicia su fuerza en algún rumbo.
Olvida su trayecto y los océanos ahora le son muy distantes,
era de esperar que no culmine lo que con tanta 
disciplina y entrega empezó.


Sólo su viento y criterio, le dirá que regrese a la mañana.

Julio espantado del 2012.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Conozco esa libélulay, aunque aprezca que esos bichitos no tendrían otra cosa que amar en constante vuelo, resulta que he sabido por experiencia de un entomólogoque paradójicamente, sucede a veces que quien aparentemente menos quehacer tiene, es el más gravado por propblemas personales o akenos, dejándole sin tiempo o, mekpor, robandole su tiempo más preciado: El del vuelo constante de la libélula

meche dijo...

Estimado Anónimo,
Ma agrada que le tenga un aprecio a las libélula. Se trata en este caso de una en particular que encierra un profundo sentimiento.a
Es capas de transformar estatuas de hielo en ardiente bolas de fuego, de llevar la paz a los rincones de Siria, e inflamar y hacer andar a los Mohais.
Pero hay más, y eso lo veremos en otra entrega muy pronto.
Gracias por su comentario y la experiencia volcada, por medio de su entomolatógo amigo.

meche