Muchas veces, ni te habías dado cuenta que estaba esperando
una palabra.Puede que un suspiro era la respuesta más cerca, que te daría.
Pero tu llamada, a esas horas, me hizo retornar al ayer.
Esa música que antes la bailamos, ahora suena tan triste,
y saber que ambos estamos en el punto ciego del mundo;
pero no nos acercamos.
Qué puede importar ahora, la última hora
ya se dio. No hay nada que rescatar, pues la vida sigue
y el compás ya no marca.
Desde la ventana del avión, me he recostado en las nubes
tan suaves que han cobijado, esta pena superlativa.
Una mañana,
y Jeremías sin número, acabará la última página.
Mientras rescataré, sin incienso, mis pensamientos.
Dimanche 2008
2 comentarios:
¡Bellísimo!Enhorabuena
Si así lo cree, espero más líneas.
Se agradece, la expresión pues tienen el contenido de la sinceridad a prueba.
Moi.
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